¿Qué es la dermatitis atopica?
La dermatitis atópica (o eczema atópico) es una enfermedad inflamatoria de la piel que produce lesiones eczematosas, picor y sequedad de la misma. Se manifiesta con mayor frecuencia en la edad infantil afectando hasta a un 20% de la población de esta edad pudiendo aparecer a todas las edades, afectando de forma crónica a la piel y sufriendo “brotes” de empeoramiento de los síntomas. No obstante hasta un 75% de los casos se resuelve pasada la edad pediatrica. De forma frecuente se acompaña de otras entidades como asma o ritinis alérgica.
¿A quién afecta?
Las personas más propensas a padecer este tipo de afección de la piel son aquellas con antecedes personales o familiares de atopia, rinitis alérgica y asma. Se ha relacionado su desarrollo con cuatro factores fundamentales: predisposición genética, alteración de la inmunidad, disfunción de la primera capa de la piel ( epidermis) y factores ambientales.
¿Cómo se manifiesta en mi piel?
Se puede manifestar de forma muy variable en cada persona. Puede producir diferentes tipos de lesión en la piel, pero son la sequedad cutánea y el picor los más frecuentes y suelen estar presentes en la mayoría de los casos. El diagnóstico es clínico. Esto es, no es necesario realizar ninguna prueba diagnóstica complementaria: únicamente con lo que cuenta el paciente y con unas lesiones compatibles, es posible hacer diagnóstico de dermatitis atópica.
Los síntomas y signos más frecuentes son los siguientes:
– Piel seca
– Picor en menor o mayor intensidad, sobre todo por las noches.
– Máculas (“manchas”) rojizas y blancas y placas (“costras”) rojizas y marronaceas que aparecen sobre todo en manos, pies, tronco, flexuras de codos y rodillas. En los bebés en la cara y en el cuero cabelludo son las localizaciones más frecuentes.
– Lesiones por rascado persistente producidas por el intenso picor. Desde heridas erosivas con pérdida de la capa superficial de la piel con riesgo de sobreinfección, hasta lesiones por rascado crónico con formación de costras y engrosamiento de la piel.
– Palmas hiperlineares y doble pliegue del párpado inferior secundario a la sequedad excesiva de la piel son característicos de personas con piel atópica.
¿Se pueden complicar estas lesiones?
Los síntomas que son más incapacitantes, el picor y la sequedad de piel, están detrás de la mayoría de las complicaciones derivadas de la dermatitis atópica. Las más frecuentes son las siguientes:
– Liquenificacion de la piel: desencadenado por el picor intenso de una zona de la piel que nos induce al rascado, produciendo este rascado una sensación aún más de picor que hace que nos rasquemos aún más, entrando en un círculo vicioso picor-rascado que resulta muy perjudicial para la piel y termina produciendo un engrosamiento y cambio de coloración de la misma.
– Infecciones: el rascado y la inflamación de la piel también motivan a que se produzcan fisuras y grietas en la piel que corren el riesgo de sobreinfectarse.
– Problemas de sueño: por el intenso picor de predominio nocturno que dificulta el descanso. Puede llegar a ser muy incapacitante sobre todo en niños y es un motivo frecuente de consulta.
– Dermatitis irritativa y de contacto: frecuente en personas que diariamente tienen las manos húmedas y expuestas a productos irritativos como jabones, lejías…
¿Cuál es el tratamiento?
El mejor tratamiento es la prevención del desarrollo de brotes o exacerbaciones haciendo hincapié en el cuidado diario de la piel. Para ello, llevar a cabo las siguientes recomendaciones día a día es esencial en cualquier persona con dermatitis atópica:
– Hidratacion de la piel: usar cremas o ungüentos emolientes y humectantes. Mejor cremas que aceites. El mejor momento para aplicarla es justo después del baño. Es importante insistir en su uso de forma diaria, incluso fuera de los brotes.
– Baño y la ducha de unos 10/15 minutos de duración evitando el agua muy caliente.
– Sécate con cuidado con la toalla a pequeños golpecitos.
– Recomendar el uso de prendas de algodón y evitar el contacto directo de la piel con lana, plásticos… La tolerancia a fibras sintéticas es muy variable, y deberá evaluarse en cada caso.
No obstante, en periodos de empeoramiento, conviene consultar con tu médico de familia o pediatra la posibilidad de llevar acabo algún tratamiento específico para cada tipo de lesión o síntoma.
Entonces… ¿ cómo convivo con la piel atopica?
Lo más importantes en las personas con piel atopica es llevar acabo una correcta higiene y cuidados diarios con las medidas preventivas que se han expuesto previamente: mantener una buena hidratación de piel y evitar los productos irritantes y agresivos es el pilar más básico. Esto contribuirá a que haya menos exacerbaciones con un número menor de lesiones y de picor.
Además es importante advertir la aparición de lesiones o de prurito y consultar con tu médico lo antes posible para valorar el inicio de tratamiento y evitar el aumento las lesiones y aparición de complicaciones.
Fuentes: UptoDate, Dermapixel.
Lucía Molinero
Residente MFyC